Tuesday, July 9, 2013

Cristóbal de Aldecoa en el Brooklyn Bridge (y nosotros en el Metro por los barrios porteños...).

Estimados, El fin de semana participé en el “Brooklyn Bridge Swim” en Nueva York. Un evento excelente, por cierto, que consiste en el cruce desde Brooklyn a Manhattan a la sombra del histórico puente. Muchos participantes (430, cupo completo), en un día de mucho calor, que invitaba a la actividad natatoria. La partida es del lado de Brooklyn, muy cerca del Manhattan Bridge. Recorrido paralelo a la costa, rumbo al Brooklyn Bridge, y allí giro hacia Manhattan. Si bien la distancia es amable (1.000 metros), la marea complica un poco las cosas, arrastrando al nadador desprevenido fuera del curso de la carrera. Por una combinación de circunstancias laborales y domésticas estos últimos meses han sido complicados para las prácticas en la pileta. Me he volcado un poco más el ejercicio en tierra (en el gimnasio de la oficina), con muy poca práctica acuática. O sea, estoy más o menos en estado, pero bastante flojo nadando. De allí que decidí dedicarme a disfrutar la experiencia, nadando tranquilo, mirando el paisaje e –importante- asegurarme llegar sano y salvo… Como ya había participado del mismo evento el año pasado, intenté prestar más atención a la corriente, corrigiendo el curso desde la partida. La largada, en tandas de 50 nadadores, intensa, pues había que remontar la costa contra corriente, por un pasillo bastante angosto. Consecuencia, ligar y propinar alguna que otra patada y manotazo, pues el pelotón no se desconcentraba. Luego, ya iniciado el cruce propiamente dicho, la cosa se distanció, y fue muy agradable. Llegando a Manhattan, nueva corrección contra corriente, se hizo un poco más duro. Pero en general, sin sobresalto alguno. Pese a los pronósticos (“te va a salir un tercer ojo”, “te vas a topar con un cadáver”) el agua luce bastante agradable, fría, salada y relativamente transparente. Aunque al llegar la orilla del lado de Manhattan se advertía un curioso aroma a hidrocarburos… Por ahora, transcurridos dos días, sin consecuencias sanitarias adversas. Ahora bien, esta actitud tan relajada acarrea sus consecuencias… aunque mejoré el tiempo del año pasado (22’ 22” contra 25’ 08”), la posición final fue sustancialmente peor. Por decirlo elegantemente, pasé de estar en la mitad superior de la tabla a la inferior. Pero había ido preparado a eso, de manera que lo tomé filosóficamente, contento de haber participado en este evento, que es fantástico. En la llegada, la familia alentando, lo que siempre es muy grato; la carrera fue a una hora más o menos decente, por suerte pudieron estar allí. La llegada es mucho mejor si hay alguien esperando! Una muy linda experiencia; ojalá algún día podamos sumar otro Inefable. Van un par de fotos; antes de largar (adviértase el riguroso uniforme Inefable), y en la llegada, saludando a la flia (adoptando una pose victoriosa, sin ninguna relación con mi performance!).
Abrazo.

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