Wednesday, December 15, 2010

Travesía Malvín, Montevideo





El sábado 11 de diciembre se llevó a cabo la Travesía Malvín de Aguas Abiertas, en la playa de ese nombre de la ciudad de Montevideo. Inefables estuvo presente a través de la participación de Miguel O’Farrell y el que suscribe, Cristóbal de Aldecoa.

El evento, organizado por la activa Liga de Natación Master del Uruguay (http://www.natacionmaster.org.uy/), contó con más de doscientos participantes en sus dos pruebas, de 1.200 y 2.400 metros. El día fue espléndido, muy soleado y con el mar casi totalmente calmo. La playa es muy bonita y amplia. El circuito se trazó en forma paralela a la costa, con dos piernas de 100 metros y dos de 500 metros. Todo estuvo muy bien controlado, con guarda-vidas en gomones y kayaks a lo largo de todo el recorrido.

Pese a estar viviendo en esta lindísima ciudad, nunca me había bañado en las playas de Montevideo. Confieso que siempre le tuve alguna desconfianza al Río de la Plata, con sus aguas marrones… Pues bien, ahora pude verificar porqué los montevideanos lo denominan “el mar”: el agua, amén de muy fresca y agradable, es totalmente salada. Esto, sumado a las playas de arena blanca, brinda una sensación muy marítima.

Miguel y yo corrimos la carrera de 1.200 metros. Ambos somos relativamente novatos en este tipo de carreras (aunque Michael ha participado, como muchos recordarán, en una áspera carrera en Mar del Plata, comentada en este blog). Por ello nos tomamos la travesía con calma, nadando “largo y cómodo”, como diría el profe Diego. Nos dedicamos a disfrutar de la carrera, sumando metros en esta modalidad, que es muy divertida y que tiene sus particularidades. En algún momento se levantó algún leve oleaje, por ejemplo, obligando a cambiar las técnicas de respiración (de mi lado, debo haberme tragado medio río –o mar, si se prefiere-). En la última pierna el sol en contra dificultó enormemente la orientación, las lejanas boyas no se veían. Para evitar perderme, opté por intercalar una brazada de pecho de vez en cuando, para ver si todavía seguía en rumbo; Michael, por su lado, hizo una parte del trayecto nadando espalda.

Los resultados son algo difíciles de medir, pues la única categoría disponible fue de los 16 a los 99 años… Entre los caballeros de tan vasta clase figuramos undécimo (yo) y vigésimo segundo (Miguel), sobre un total de 31 participantes.

Fue un lindo evento, impecablemente organizado, y lo pasamos muy bien. Ojala que los Inefables puedan seguir cruzando el charco para competir de este lado, realmente vale la pena. Ilustro con algunas fotitos.

Abrazo a todos.

Cristóbal de Aldecoa

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