El vestuario de pileta del Club ya no será el mismo. El Negro Cáceres estuvo con Inefables desde su origen. Lo vio nacer, crecer y multiplicarse y fue un reconocido y querido "hincha" del equipo, siempre pendiente de nuestros entrenamientos, viajes y competencias. Un tipo sencillo y sensible; generoso, de trato correcto y cordial. Algunos lo tratamos con una familiaridad que no es muy común en el Club pero que Eduardo se merecía. Nos recibía, todos los días, con el saludo, toallita y hojotas. Nos deleitaba a veces con alguna canción (tiene una extraordinaria voz) y compartía nuestros comentarios de Club desde atrás de la barra.
Vamos a hacerle una despedida, claro; pero queremos que sepa que apreciamos mucho el tiempo que compartió con nosotros; que le decimos GRACIAS; que lo echaremos de menos y que esperamos verlo muchas veces en nuestros torneos, alentándonos.
A disfrutar, Negro, de un descanso activo.
Te saludan siempre
Los Inefables.
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