Monday, September 26, 2011
Celebración Inefable. Agasajo a la bicampeona
El sábado 24 Inefables fue invitado a tremendo asado en la casa de la casa de los González Pini. Lindísimo día, muy buena concurrencia y opíparo recibimiento, que todos agradecimos a los generosísimos anfitriones.
Lo fundamental fue agasajar a Pili y a su (nuestro) entrenador Diego por el bicampeonato mundial. Además aprovechamos para incorporar a nuevo integrante del equipo, Rodrigo Alegría, a quién se le impuso la fórmula iniciática en solemne acto.
Sunday, September 18, 2011
Dos Inefables en Colorado Springs
Estimados,
Como sabrán, hace un par de semanas participamos con Carlitos Morgan en una clínica de natación en Colorado Springs, USA con el Dr. Genadijus Sokolovas (o “Dr. G.”, según le dicen).
El Dr G. es fisiólogo deportivo, e integra hace muchos años el cuerpo técnico de la selección de natación de USA. Como tal, ha desarrollado un montón de herramientas de entrenamiento muy interesantes. Acompaña regularmente al equipo estadounidense a sus principales competencias; a modo de ejemplo, estuvo en los Juegos Olímpicos de Beijing y –recientemente- en el Mundial de Shangai.
Tiempo atrás Carlos vio un artículo sobre este señor en la revista de la Asociación de Nadadores Master de Estados Unidos (si les interesa, léanlo en http://www.usmsswimmer.com/200901/sokolovas.pdf) y se prometió que algún día se reuniría con él. Hace unos meses, durante la preparación de un viaje de trabajo a Estados Unidos, Carlos se contactó con el Dr. G. y acordaron un seminario de dos días y medio.
El Dr. G., desarrolla su actividad principalmente con nadadores de elite. Además de la selección, trabaja con otros nadadores y equipos de primer nivel. Pero también atiende a nadadores Master (para más detalles, www.globsport.org).
Carlos tuvo la gentileza de avisarme sobre el evento. Si bien desde el primer minuto me pareció muy interesante, con toda franqueza me pregunté si no era algo excesivo… Carlos puede jactarse de ostentar el título sudamericano en 100 mts. libre en su categoría, por ejemplo, y así tiene la autoridad moral, en alguna medida, de entrenarse con este monstruo. Mis laureles y antecedentes son mucho más exiguos… De todas maneras, la tentación y la curiosidad de hacer algo por el estilo fue más fuerte. Fátima, mi mujer, bendijo el proyecto (es una santa), y allá partí.
La ciudad de Colorado Springs queda (obviamente) en el estado de Colorado, en medio de una zona muy árida. Es una ciudad muy amplia y abierta, al pie de una cadena montañosa. Tiene fuerte presencia militar (allí está la academia de la Fuerza Aérea) y universitaria (el Colorado College, fundado hace más de cien años).
Capítulo aparte para el Centro de Entrenamiento Olímpico en la ciudad (la sede administrativa del Comité Olímpico de EEUU está allí). Imagínense un Cenard, pero más grande, con más instalaciones y con alojamiento para los atletas. La ciudad está a poco más de 1.800 mts sobre el nivel del mar, de manera tal que es un lugar ideal para el entrenamiento en altura. El Centro es simplemente una maravilla.
http://www.teamusa.org/about-usoc/u-s-olympic-training-center-colorado-springs
El Dr. G. tiene su base de operaciones en el Centro, y ese fue nuestro lugar de referencia durante los tres días que estuvimos allí. Intentaré hacer una cronología del evento.
El primer día (sábado por la tarde) nos encontramos en el hotel con Carlos e Inés (quien fue de la partida; como siempre, una agradabilísima compañía) y partimos hacia el Olympic Center, donde nos recibió el Dr. G. Nos mostró las instalaciones, impresionantes… desde la pileta hasta los gigantescos gimnasios, pasando por las líneas de tiro. Luego comimos en el restaurante dentro del complejo.
Este restaurante (“cafeteria”, si utilizamos la expresión local) tiene un aire escolar, en el sentido que cada uno se sirve su propia comida en larguísimas barras. Lo divertido era que los diversos atletas que estaban entrenando en el Centro comían allí. Una de nuestras ocupaciones favoritas fue la de adivinar la disciplina de acuerdo al aspecto físico de los personajes. Así, los levantadores de pesas eran reconocibles por su gigantesco tamaño y por la cantidad de comida que ingerían; los boxeadores, por su nariz achatada y aspecto amenazador; los gimnastas, livianitos pero con brazos y manos muy desarrollados. Había algunos extranjeros, también, como el equipo australiano de ciclismo. Y en el medio de todos estos atletas olímpicos, nosotros!!! El Dr. G. nos presentaba como “my friends from Argentina, they are Masters swimmers”. En un alarde de cholulismo, nos sacamos una foto con las nadadoras del equipo de la universidad de Stamford (incluyendo una medallista olímpica). En fin, comer allí fue siempre muy divertido, un ambiente muy interesante.
Esta es la foto que nos sacó Inés con las nadadoras de Stamford. La que está al lado de Carlos fue medallista de plata en Beijing o en Shangai (no me acuerdo); tiene la altura de Carlitos… Adviértase que ambos Inefables portan la indumentaria identificatoria del equipo!
Luego de la comida (a las 6 de la tarde!) el Dr. G. nos dio un par de presentaciones de estilos (crol y espalda), muy instructivas, videos incluidos. Como él ha filmado a montones de nadadores extraordinarios, los ejemplos en video eran tremendos… Phelps en crol, Lochte en espalda, Brendan Hansen o Kitajima en pecho, espectacular! Y así cerramos el sábado.
El domingo arrancamos a media mañana en la pileta. Usamos la pileta del Colorado College, buenísima. Como la mayoría de las piletas cortas de EEUU, 25 yardas, diez carriles, impecablemente presentada. En un momento me sumergí en una de las esquinas, y la claridad del agua era tal que se veían perfectamente los detalles de la esquina opuesta.
Por suerte tuvimos toda la pileta para nosotros solos, un lujo.
El primer test de esa mañana fue de medición de niveles de ácido láctico, luego de un ablande de 700 ú 800 metros (perdón, yardas). Cabe aclarar que ni Carlos ni yo estamos en un buen nivel de entrenamiento. Esto, sumado a la altura, hizo que todo fuera bastante trabajoso.
El test es muy sencillo. Cuatro pasadas de cien yardas (Carlos en crol, yo en pecho), progresivas, con la última pasada a máxima velocidad. Entre pasada y pasada, extracción de sangre del lóbulo de la oreja (imperceptible, por cierto), y extracciones sucesivas luego de la última pasada para ver la recuperación.
Va testimonio gráfico. Nota: unos de los tres nadadores exhibidos NO es un Inefable…
Luego vinieron las pruebas de estilo. Estas fueron individuales, muy detalladas (dos horas conmigo, luego dos horas con Carlos). Veamos cómo funciona esto.
Cada nadador hace pasadas de patada, brazada y estilo completo, que son filmadas desde dos ángulos diferentes. En simultáneo, un sensor va midiendo la velocidad del nadador en cada instante, y todo va quedando grabado (filmación arriba, gráfico de velocidad abajo).
Luego de las pasadas, el Dr. G. se sentó con nosotros a la vera de la pileta, y analizó la filmación. Muy interesante (y en mi caso, deprimentemente instructivo). Es asombroso como un mal movimiento, que aumenta la resistencia en el agua, se relaciona con una inmediata caída de la velocidad. Ocasionalmente el Dr. G. dividía la pantalla en dos y ponía en una mitad a alguno de nosotros, y en la otra mitad, a Phelps o alguna otra bestia por el estilo, sincronizando los movimientos. Se percibía alguna que otra diferencia…
Luego de lo cual, el Dr. G. nos dio una larga serie de drills, que cada uno fue practicando individualmente, bajo la atenta mirada del entrenador. Las series fueron agotadoras, incluyendo nadar atado a una máquina con pesas y poleas, o nadar con pesitas en las manos. Buenísimo, aunque duro, terminamos al borde del colapso.
Además de la charla en la pileta, el Dr. G. nos mandó luego detallados informes por escrito, señalando los aspectos a corregir y sugiriendo drills a ese fin. Si a alguno le interesan esos informes, se los mando. Pero prefiero que no queden expuestos al público en el blog! También nos envió las filmaciones, seguramente Carlos les mostrará las de él. Muy divertido (y raro), verse a uno mismo nadando.
A modo de ejemplo, va un párrafo del informe, acompañado de la foto respectiva (tomada de la filmación).
[Freestyle] Your breathing takes too long to complete. Therefore, you are losing the balance at the end of the breathing. Try to reduce duration of the breathing by exhaling air from your lungs when your head is the water and inhaling as fast as possible.
[Breastroke] Right before the kick, your knees are too low and at about 90 degrees to the body line. It creates a lot of frontal drag. Ideally, the angle between the body and knees (thighs) should be about 120 degrees or even larger. Press hips slightly down right before the kick. It will reduce the frontal drag significantly. Drill: move‐rotate hips slightly down for about 1 inch during the phase of bending knees. Another drill: kick in vertical position against the wall (15 inches from the wall) to avoid moving knees down.
Cada informe contiene un montón de recomendaciones y fotos como estas.
Mientras Carlos y yo éramos sometidos a estos experimentos, Inés aprovechó que el día estaba muy lindo y se tiró también a nadar un rato.
Cuando finalizamos ya eran las cinco de la tarde. Famélicos, fuimos a comer al Centro Olímpico. Luego, como nos enteramos que esa semana había un festival de globos aerostáticos en la ciudad, fuimos al parque central, donde había una suerte de kermese, armada en torno a los globos, que de tanto en tanto iluminaban todo con sus quemadores. Muy bonito y pintoresco. De allí, de vuelta al hotel.
A la mañana siguiente, de regreso a la pileta, tempranito. Nuevo ablande y luego otro test de ácido láctico: una pasada fuerte de 100 yardas, medición (nuevo pinchazo en la oreja) y luego medición de recuperación, esta vez ablandando en la pileta. El día estaba muy agradable, la pileta de nuevo toda para nosotros, así que disfrutamos mucho la nadada.
Luego, test de fuerza fuera del agua (tirando de unas poleas) y dentro del agua (en tres etapas, patada, brazada y nado completo), atados a un artefacto (también recibimos informes y recomendaciones referidas a estas pruebas).
Volvimos al Centro Olímpico y, luego de almorzar, fuimos al gimnasio de esgrima, junto al cual el Dr. G. tiene su oficina. Pasamos frente al impresionante edificio de USA Swimming.
En el gimnasio funcionan unas interesantes máquinas masajeadotes, que vibran a diferentes frecuencias. Se usan para recuperación y también para aumentar la flexibilidad. En lo que hace a este último aspecto, puedo atestiguar que funcionan: hicimos experimentos de tocarnos la punta de los pies antes y después del masaje, y la flexibilidad realmente había aumentado.
A lo largo de los dos días y medio el Dr. G. también nos dio otras presentaciones (estilos, entrenamiento aeróbico y anaeróbico, nutrición, etc), casi siempre en una sala en el Centro Olímpico. Muy instructivo.
No quiero extender más este informe, ya demasiado largo. Como síntesis, fue una experiencia impresionante. Estar con un tipo así, un verdadero maestro, y poder estar concentrados casi tres días exclusivamente en la actividad que a uno tanto le gusta, fue un verdadero privilegio. Máxime en compañía de los Morgan, siempre un lujo.
Desde el punto de vista de la natación, muy instructivo. Desde luego que hay que entrenar, caso contrario todo esto es teoría. Pero hacer algo así motiva para arrancar a entrenar con muchas ganas.
Y algo para destacar. Aun cuando el Dr. G. esté acostumbrado a trabajar con super-nadadores, nos brindó una dedicación absoluta, como si estuviéramos preparándonos para Londres 2012. Una maravilla.
Ojalá otros Inefables encuentren la oportunidad de visitar al Dr. G. en Colorado Springs, realmente vale la pena. Si alguien va, avisen, quizá me anote de vuelta…
Cristóbal de Aldecoa
Como sabrán, hace un par de semanas participamos con Carlitos Morgan en una clínica de natación en Colorado Springs, USA con el Dr. Genadijus Sokolovas (o “Dr. G.”, según le dicen).
El Dr G. es fisiólogo deportivo, e integra hace muchos años el cuerpo técnico de la selección de natación de USA. Como tal, ha desarrollado un montón de herramientas de entrenamiento muy interesantes. Acompaña regularmente al equipo estadounidense a sus principales competencias; a modo de ejemplo, estuvo en los Juegos Olímpicos de Beijing y –recientemente- en el Mundial de Shangai.
Tiempo atrás Carlos vio un artículo sobre este señor en la revista de la Asociación de Nadadores Master de Estados Unidos (si les interesa, léanlo en http://www.usmsswimmer.com/200901/sokolovas.pdf) y se prometió que algún día se reuniría con él. Hace unos meses, durante la preparación de un viaje de trabajo a Estados Unidos, Carlos se contactó con el Dr. G. y acordaron un seminario de dos días y medio.
El Dr. G., desarrolla su actividad principalmente con nadadores de elite. Además de la selección, trabaja con otros nadadores y equipos de primer nivel. Pero también atiende a nadadores Master (para más detalles, www.globsport.org).
Carlos tuvo la gentileza de avisarme sobre el evento. Si bien desde el primer minuto me pareció muy interesante, con toda franqueza me pregunté si no era algo excesivo… Carlos puede jactarse de ostentar el título sudamericano en 100 mts. libre en su categoría, por ejemplo, y así tiene la autoridad moral, en alguna medida, de entrenarse con este monstruo. Mis laureles y antecedentes son mucho más exiguos… De todas maneras, la tentación y la curiosidad de hacer algo por el estilo fue más fuerte. Fátima, mi mujer, bendijo el proyecto (es una santa), y allá partí.
La ciudad de Colorado Springs queda (obviamente) en el estado de Colorado, en medio de una zona muy árida. Es una ciudad muy amplia y abierta, al pie de una cadena montañosa. Tiene fuerte presencia militar (allí está la academia de la Fuerza Aérea) y universitaria (el Colorado College, fundado hace más de cien años).
Capítulo aparte para el Centro de Entrenamiento Olímpico en la ciudad (la sede administrativa del Comité Olímpico de EEUU está allí). Imagínense un Cenard, pero más grande, con más instalaciones y con alojamiento para los atletas. La ciudad está a poco más de 1.800 mts sobre el nivel del mar, de manera tal que es un lugar ideal para el entrenamiento en altura. El Centro es simplemente una maravilla.
http://www.teamusa.org/about-usoc/u-s-olympic-training-center-colorado-springs
El Dr. G. tiene su base de operaciones en el Centro, y ese fue nuestro lugar de referencia durante los tres días que estuvimos allí. Intentaré hacer una cronología del evento.
El primer día (sábado por la tarde) nos encontramos en el hotel con Carlos e Inés (quien fue de la partida; como siempre, una agradabilísima compañía) y partimos hacia el Olympic Center, donde nos recibió el Dr. G. Nos mostró las instalaciones, impresionantes… desde la pileta hasta los gigantescos gimnasios, pasando por las líneas de tiro. Luego comimos en el restaurante dentro del complejo.
Este restaurante (“cafeteria”, si utilizamos la expresión local) tiene un aire escolar, en el sentido que cada uno se sirve su propia comida en larguísimas barras. Lo divertido era que los diversos atletas que estaban entrenando en el Centro comían allí. Una de nuestras ocupaciones favoritas fue la de adivinar la disciplina de acuerdo al aspecto físico de los personajes. Así, los levantadores de pesas eran reconocibles por su gigantesco tamaño y por la cantidad de comida que ingerían; los boxeadores, por su nariz achatada y aspecto amenazador; los gimnastas, livianitos pero con brazos y manos muy desarrollados. Había algunos extranjeros, también, como el equipo australiano de ciclismo. Y en el medio de todos estos atletas olímpicos, nosotros!!! El Dr. G. nos presentaba como “my friends from Argentina, they are Masters swimmers”. En un alarde de cholulismo, nos sacamos una foto con las nadadoras del equipo de la universidad de Stamford (incluyendo una medallista olímpica). En fin, comer allí fue siempre muy divertido, un ambiente muy interesante.
Esta es la foto que nos sacó Inés con las nadadoras de Stamford. La que está al lado de Carlos fue medallista de plata en Beijing o en Shangai (no me acuerdo); tiene la altura de Carlitos… Adviértase que ambos Inefables portan la indumentaria identificatoria del equipo!
Luego de la comida (a las 6 de la tarde!) el Dr. G. nos dio un par de presentaciones de estilos (crol y espalda), muy instructivas, videos incluidos. Como él ha filmado a montones de nadadores extraordinarios, los ejemplos en video eran tremendos… Phelps en crol, Lochte en espalda, Brendan Hansen o Kitajima en pecho, espectacular! Y así cerramos el sábado.
El domingo arrancamos a media mañana en la pileta. Usamos la pileta del Colorado College, buenísima. Como la mayoría de las piletas cortas de EEUU, 25 yardas, diez carriles, impecablemente presentada. En un momento me sumergí en una de las esquinas, y la claridad del agua era tal que se veían perfectamente los detalles de la esquina opuesta.
Por suerte tuvimos toda la pileta para nosotros solos, un lujo.
El primer test de esa mañana fue de medición de niveles de ácido láctico, luego de un ablande de 700 ú 800 metros (perdón, yardas). Cabe aclarar que ni Carlos ni yo estamos en un buen nivel de entrenamiento. Esto, sumado a la altura, hizo que todo fuera bastante trabajoso.
El test es muy sencillo. Cuatro pasadas de cien yardas (Carlos en crol, yo en pecho), progresivas, con la última pasada a máxima velocidad. Entre pasada y pasada, extracción de sangre del lóbulo de la oreja (imperceptible, por cierto), y extracciones sucesivas luego de la última pasada para ver la recuperación.
Va testimonio gráfico. Nota: unos de los tres nadadores exhibidos NO es un Inefable…
Luego vinieron las pruebas de estilo. Estas fueron individuales, muy detalladas (dos horas conmigo, luego dos horas con Carlos). Veamos cómo funciona esto.
Cada nadador hace pasadas de patada, brazada y estilo completo, que son filmadas desde dos ángulos diferentes. En simultáneo, un sensor va midiendo la velocidad del nadador en cada instante, y todo va quedando grabado (filmación arriba, gráfico de velocidad abajo).
Luego de las pasadas, el Dr. G. se sentó con nosotros a la vera de la pileta, y analizó la filmación. Muy interesante (y en mi caso, deprimentemente instructivo). Es asombroso como un mal movimiento, que aumenta la resistencia en el agua, se relaciona con una inmediata caída de la velocidad. Ocasionalmente el Dr. G. dividía la pantalla en dos y ponía en una mitad a alguno de nosotros, y en la otra mitad, a Phelps o alguna otra bestia por el estilo, sincronizando los movimientos. Se percibía alguna que otra diferencia…
Luego de lo cual, el Dr. G. nos dio una larga serie de drills, que cada uno fue practicando individualmente, bajo la atenta mirada del entrenador. Las series fueron agotadoras, incluyendo nadar atado a una máquina con pesas y poleas, o nadar con pesitas en las manos. Buenísimo, aunque duro, terminamos al borde del colapso.
Además de la charla en la pileta, el Dr. G. nos mandó luego detallados informes por escrito, señalando los aspectos a corregir y sugiriendo drills a ese fin. Si a alguno le interesan esos informes, se los mando. Pero prefiero que no queden expuestos al público en el blog! También nos envió las filmaciones, seguramente Carlos les mostrará las de él. Muy divertido (y raro), verse a uno mismo nadando.
A modo de ejemplo, va un párrafo del informe, acompañado de la foto respectiva (tomada de la filmación).
[Freestyle] Your breathing takes too long to complete. Therefore, you are losing the balance at the end of the breathing. Try to reduce duration of the breathing by exhaling air from your lungs when your head is the water and inhaling as fast as possible.
[Breastroke] Right before the kick, your knees are too low and at about 90 degrees to the body line. It creates a lot of frontal drag. Ideally, the angle between the body and knees (thighs) should be about 120 degrees or even larger. Press hips slightly down right before the kick. It will reduce the frontal drag significantly. Drill: move‐rotate hips slightly down for about 1 inch during the phase of bending knees. Another drill: kick in vertical position against the wall (15 inches from the wall) to avoid moving knees down.
Cada informe contiene un montón de recomendaciones y fotos como estas.
Mientras Carlos y yo éramos sometidos a estos experimentos, Inés aprovechó que el día estaba muy lindo y se tiró también a nadar un rato.
Cuando finalizamos ya eran las cinco de la tarde. Famélicos, fuimos a comer al Centro Olímpico. Luego, como nos enteramos que esa semana había un festival de globos aerostáticos en la ciudad, fuimos al parque central, donde había una suerte de kermese, armada en torno a los globos, que de tanto en tanto iluminaban todo con sus quemadores. Muy bonito y pintoresco. De allí, de vuelta al hotel.
A la mañana siguiente, de regreso a la pileta, tempranito. Nuevo ablande y luego otro test de ácido láctico: una pasada fuerte de 100 yardas, medición (nuevo pinchazo en la oreja) y luego medición de recuperación, esta vez ablandando en la pileta. El día estaba muy agradable, la pileta de nuevo toda para nosotros, así que disfrutamos mucho la nadada.
Luego, test de fuerza fuera del agua (tirando de unas poleas) y dentro del agua (en tres etapas, patada, brazada y nado completo), atados a un artefacto (también recibimos informes y recomendaciones referidas a estas pruebas).
Volvimos al Centro Olímpico y, luego de almorzar, fuimos al gimnasio de esgrima, junto al cual el Dr. G. tiene su oficina. Pasamos frente al impresionante edificio de USA Swimming.
En el gimnasio funcionan unas interesantes máquinas masajeadotes, que vibran a diferentes frecuencias. Se usan para recuperación y también para aumentar la flexibilidad. En lo que hace a este último aspecto, puedo atestiguar que funcionan: hicimos experimentos de tocarnos la punta de los pies antes y después del masaje, y la flexibilidad realmente había aumentado.
A lo largo de los dos días y medio el Dr. G. también nos dio otras presentaciones (estilos, entrenamiento aeróbico y anaeróbico, nutrición, etc), casi siempre en una sala en el Centro Olímpico. Muy instructivo.
No quiero extender más este informe, ya demasiado largo. Como síntesis, fue una experiencia impresionante. Estar con un tipo así, un verdadero maestro, y poder estar concentrados casi tres días exclusivamente en la actividad que a uno tanto le gusta, fue un verdadero privilegio. Máxime en compañía de los Morgan, siempre un lujo.
Desde el punto de vista de la natación, muy instructivo. Desde luego que hay que entrenar, caso contrario todo esto es teoría. Pero hacer algo así motiva para arrancar a entrenar con muchas ganas.
Y algo para destacar. Aun cuando el Dr. G. esté acostumbrado a trabajar con super-nadadores, nos brindó una dedicación absoluta, como si estuviéramos preparándonos para Londres 2012. Una maravilla.
Ojalá otros Inefables encuentren la oportunidad de visitar al Dr. G. en Colorado Springs, realmente vale la pena. Si alguien va, avisen, quizá me anote de vuelta…
Cristóbal de Aldecoa
Thursday, September 1, 2011
Un Inefable en Long Island: Cristóbal de Aldecoa participa en el John Daly One Mile Annual Swim
John Daly One Mile Annual Swim, Long Beach, NY
La temporada de aguas abiertas sigue a pleno aquí en el Norte. El 21 de agosto se corrió el “John Daly One Mile Annual Swim”, organizado por los bañeros de Long Beach (una ciudad costera en Long Island, cerca de la ciudad de Nueva York). John Daly fue un bañero en cuyo homenaje se lleva a cabo este evento.
Invitado por el responsable de la pileta en la cual nado, me calcé la remera de Inefables y allá partí, en compañía de este señor, una de las instructoras y un nadador alemán que también entrena allí.
Estos eventos son siempre mañaneros, así que debí arrancar de casa a las 6.30 am. Luego de una hora de manejo llegamos a Long Beach, una ciudad costera que tiene algún aire a nuestra Miramar…. La playa en sí es muy linda, ancha y con buena arena (el huracán Irene fue bastante severo en esta zona, no sé cómo quedó).
El trazado de la carrera corría paralelo a la costa. Largada, giro en una boya a aprox. 100 metros de la costa, y final playa abajo.
Participaron 210 nadadores. El mar estaba bastante áspero, con un aspecto bastante similar a nuestro Atlántico; aguas grisáceas, relativamente frías y –ese día- muy picadas.
La largada fue divertida, todos juntos tratando de cruzar las dos líneas de rompientes. Entre codazos, patadas y toqueteos varios llegué a la boya, giro a la derecha y a nadar se ha dicho!
El primer problema surgió por mi tendencia a respirar hacia la izquierda. Esto implicaba sacar la cabeza hacia el lado del mar abierto, en lugar de hacia la orilla; lo que resulta en dificultades para ver hacia dónde va uno, y también en la ingesta de sustanciales cantidades de agua salada. El mar seguía bastante encrespado, aun más allá de las rompientes, con mucha ola molesta.
Siempre queda el recurso de cambiar el lado de la respiración, obviamente, pero lamentablemente me queda muy incómodo. Habrá que practicarlo, es muy necesario en esta disciplina.
Además estaba repleto de jelly fish. Estas pequeñas aguavivas no pican, pero son bastante desagradables al tacto; de a ratos uno se sentía nadando en un flan de gelatina.
Como un plus, una breve búsqueda en Internet me informó que no había antecedentes de ataques de tiburones en las aguas de Long Beach…
De a poco fui entrando en ritmo: brazada-brazada-respirar-tragar agua-brazada-brazada-respirar-escupir uno o dos jelly fish-brazada-brazada-respirar-levantar la cabeza (“¿adónde $##%%$^&% estoy?”)-brazada-brazada-respirar-recibir una patada en la mandíbula… y así sucesivamente
Bromas aparte, una vez que me organicé un poco, la cosa estuvo de lo más agradable. Como mi objetivo en estas carreras es simplemente llegar en un tiempo digno, sin muchas más ambiciones, no me canso en exceso, voy relajado, y eso permite disfrutar la nadada en sí.
Sin mayores incidentes llegué a la boya final, último giro, y a cruzar la rompiente, ahora rumbo a la orilla. Barrenando, llegué a la meta. 31 minutos y monedas fue el tiempo; tomando el cuenta el estado del mar, muy agitado e incómodo para nadar, no estuvo mal. Posición final, 97 entre 210 (lo que se dice a mitad de tabla). Estoy tomando estas carreras como referencia para el año que viene; para ese entonces espero estar mejor entrenado y ser un poquito más exigente.
Muy buena experiencia, muy divertida, y útil para seguir pescándole la vuelta a esta apasionante cuestión de las aguas abiertas.
Para cerrar, en un par de semanas iré a nadar alrededor de Governors’ Island, en Manhattan, dos millas. Ya les contaré.
La temporada de aguas abiertas sigue a pleno aquí en el Norte. El 21 de agosto se corrió el “John Daly One Mile Annual Swim”, organizado por los bañeros de Long Beach (una ciudad costera en Long Island, cerca de la ciudad de Nueva York). John Daly fue un bañero en cuyo homenaje se lleva a cabo este evento.
Invitado por el responsable de la pileta en la cual nado, me calcé la remera de Inefables y allá partí, en compañía de este señor, una de las instructoras y un nadador alemán que también entrena allí.
Estos eventos son siempre mañaneros, así que debí arrancar de casa a las 6.30 am. Luego de una hora de manejo llegamos a Long Beach, una ciudad costera que tiene algún aire a nuestra Miramar…. La playa en sí es muy linda, ancha y con buena arena (el huracán Irene fue bastante severo en esta zona, no sé cómo quedó).
El trazado de la carrera corría paralelo a la costa. Largada, giro en una boya a aprox. 100 metros de la costa, y final playa abajo.
Participaron 210 nadadores. El mar estaba bastante áspero, con un aspecto bastante similar a nuestro Atlántico; aguas grisáceas, relativamente frías y –ese día- muy picadas.
La largada fue divertida, todos juntos tratando de cruzar las dos líneas de rompientes. Entre codazos, patadas y toqueteos varios llegué a la boya, giro a la derecha y a nadar se ha dicho!
El primer problema surgió por mi tendencia a respirar hacia la izquierda. Esto implicaba sacar la cabeza hacia el lado del mar abierto, en lugar de hacia la orilla; lo que resulta en dificultades para ver hacia dónde va uno, y también en la ingesta de sustanciales cantidades de agua salada. El mar seguía bastante encrespado, aun más allá de las rompientes, con mucha ola molesta.
Siempre queda el recurso de cambiar el lado de la respiración, obviamente, pero lamentablemente me queda muy incómodo. Habrá que practicarlo, es muy necesario en esta disciplina.
Además estaba repleto de jelly fish. Estas pequeñas aguavivas no pican, pero son bastante desagradables al tacto; de a ratos uno se sentía nadando en un flan de gelatina.
Como un plus, una breve búsqueda en Internet me informó que no había antecedentes de ataques de tiburones en las aguas de Long Beach…
De a poco fui entrando en ritmo: brazada-brazada-respirar-tragar agua-brazada-brazada-respirar-escupir uno o dos jelly fish-brazada-brazada-respirar-levantar la cabeza (“¿adónde $##%%$^&% estoy?”)-brazada-brazada-respirar-recibir una patada en la mandíbula… y así sucesivamente
Bromas aparte, una vez que me organicé un poco, la cosa estuvo de lo más agradable. Como mi objetivo en estas carreras es simplemente llegar en un tiempo digno, sin muchas más ambiciones, no me canso en exceso, voy relajado, y eso permite disfrutar la nadada en sí.
Sin mayores incidentes llegué a la boya final, último giro, y a cruzar la rompiente, ahora rumbo a la orilla. Barrenando, llegué a la meta. 31 minutos y monedas fue el tiempo; tomando el cuenta el estado del mar, muy agitado e incómodo para nadar, no estuvo mal. Posición final, 97 entre 210 (lo que se dice a mitad de tabla). Estoy tomando estas carreras como referencia para el año que viene; para ese entonces espero estar mejor entrenado y ser un poquito más exigente.
Muy buena experiencia, muy divertida, y útil para seguir pescándole la vuelta a esta apasionante cuestión de las aguas abiertas.
Para cerrar, en un par de semanas iré a nadar alrededor de Governors’ Island, en Manhattan, dos millas. Ya les contaré.
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